Me siento agotada. No es solo el cansancio físico, sino esa sensación de no ser tomada en cuenta. Me piden una cosa, me esfuerzo, doy lo mejor de mí, pero luego todo cambia sin aviso, como si mis aportes no fueran importantes. Las decisiones que afectan mi labor parecen tomarse sin considerar lo que ya se había hablado. Me deja pensando si realmente están valorando lo que hago o si simplemente no me están escuchando. A veces me pregunto si debería dejar de preocuparme tanto. Tal vez lo más fácil sería hacer lo que me piden sin esperar coherencia, sin buscar que las cosas sean como se acordó. Pero sé que mi compromiso es parte de lo que soy, y no quiero caer en la indiferencia. No quiero conformarme con hacer las cosas a medias, sin sentir que lo que hago tiene un impacto. Quizás deba aprender a adaptarme mejor a los cambios, aceptar que así funcionan las cosas aquí y no tomarlo tan personal. Sé que mi trabajo tiene valor, y quiero seguir aportando, pero también me gustaría sentir que se me escucha y se me toma en serio. Solo quiero poder trabajar con la certeza de que mi esfuerzo realmente importa.