El despertador suena y, ¡sorpresa!, no es un teléfono, sino el coro matutino de los pájaros. Comienza un nuevo día en el camping. Primero, una taza de café, porque incluso en la naturaleza, algunos rituales son sagrados. Luego, una revisión rápida del camping: asegurándome de que los mapaches no hayan organizado una fiesta nocturna.